15.- LA JURISPRUDENCIA o la prudencia del juez (I)

I.- Confesiones jurisprudenciales.-

Es Tacna. Me encuentro intentando analizar mil sentencias del Tribunal Constitucional sobre "Libertad de Empresa". Sentencias que he agrupado porque forman parte de mis indicadores para probar que mi tesis es correcta, que la hipótesis sobre la vulneración, limitación y violación a la libertad de empresa es cierta; por eso pienso que lo mejor es utilizar como instrumento de estudio a la jurisprudencia (sentencias judiciales firmes emanadas de un magistrado o juez competente -habilitado para conocer y decidir de acuerdo a ciertas condiciones o requisitos como territorio, cuantía, grado, nivel-; resoluciones que deben representar la prudencia del juez (iuris), la prudencia es el trabajo de equilibrio. Se me ha ocurrido como estrategia utilizar las sentencias del Tribunal Constitucional por varias razones: aprenderé razonamiento jurídico (la lógica semántica, gramatical y corrección del lenguaje jurídico), doctrina jurisprudencial (proposiciones sustentadas en la argumentación y coherencia conceptual), procesos (los niveles en los que se resuelven las causas, sea a nivel de primera, segunda instancia o a nivel del Tribunal Constitucional -agravio constitucional, etc.), instrumentos normativos (recursos o técnicas como la interpretación, integración, ponderación, sustracción de la materia, etc.), conceptos constitucionales (derecho fundamentales y por tal irrefutables), y derecho (Sistema normativo valorativo utilizados para componer un problema valorativo conductual). Mi estrategia es leer y estudiar algo útil (que sirva para conseguir un objetivo), para la vida, para el derecho; algo que me ayude a pensar jurídicamente y luego me sirva para aprender cómo defender las causas en materia de empresas. Leer jurisprudencia resulta para mí una especie de auto aprendizaje. Sé que no soy Jeremy Bentham -conozco mis límites pero no la inmensidad de mis potencialidades-, pero soy el que soy y no otro; y siendo así quiero aprender los mecanismos para "ejercer derecho", aquel derecho que me encanta como disciplina, y me aterra como inasible.

Quiero aprender de "experiencias jurídicas", y es por eso que empiezo a leer las sentencias del Tribunal Constitucional. Al principio se me hacían aburridas, pues las leía como se leen los códigos, como conjunto numérico de normas que derivan a otras normas (los códigos son sistemas convencionales de señas y símbolos que transmiten una información o mensaje); pero luego encuentro mi error y cambio de sistema de lectura. Ahora las leo como cuentos, como historia, como ficción, y entonces sucede lo increíble, las sentencias del Tribunal Constitucional me fueron pareciendo cada vez más simples, más fáciles, luego de saltar, por cierto, o pasar muy rápido las enunciaciones expresas de normas. Me emociono con dicha lectura, y es que mi lado disímil siempre ha buscado encontrar conceptos, frases, argumentos jurídicos a favor o en contra de tal o cual derecho, bien jurídico, etc. Me emociono porque pensaba que las sentencias me darían "certeza", de un derecho "uniforme", aunque desde siempre habría pensado que el derecho es simplemente "construible", tanto para una dirección como para otra. Aunque para mí lo uniforme no existe, lo que existe es todo un aparato que te dice que debe haber uniformidad, y que existen reglas uniformes y "excepciones" que confirman la regla. La verdad creo que "la regla es la excepción", que el derecho esta hecho precisamente de "excepciones" y no de normas generales. El derecho es una excepción, algo excepcional, porque no se necesita si es común, si todos saben cuál es su derecho entonces el derecho deja de tener sentido. A mi parecer, el derecho siempre es una excepción. Y Así empiezo a leer las sentencias del Tribunal Constitucional, y empiezo a encontrar cosas extraordinarias, cosas imperdibles de conocer para un abogado, (...)